Ante la decisión unilateral de Senasa de cancelar acuerdos y contratos con las entidades que mantenían la actividad Aeronáutica en el aeródromo de Ocaña (Escuela de vuelo de Las Sillas Voladoras,ULM escuela de vuelo y Skydive Madrid) Las Sillas Voladoras ha hecho pública una nota de prensa donde denuncia esta decisión que perjudica enormemente a las entidades citadas anteriormente y hace un llamamiento para una concentración de protesta el próximo día 13 en el aeródromo toledano.
El Gobierno Subasta el Aeródromo Público de Ocaña y Expulsa de Allí a una Asociación de Personas con Discapacidad
El próximo 13 de Noviembre, la asociación “Las Sillas Voladoras” convoca a una concentración de protesta en el Aeródromo de Ocaña, para reivindicar la reapertura de la instalación al deporte aéreo inclusivo.
El Ministerio de Transportes, encabezado por Raquel Sánchez Jiménez, tras cerrar su actividad y despedir a sus trabajadores, sacó en 2022 a subasta todas las instalaciones del Aeródromo público de Ocaña, en Toledo. La razón esgrimida: que el aeródromo es económicamente deficitario.
Hace más de sesenta años los terrenos de este lugar se expropiaron con el fin de crear un polo aeronáutico de utilidad pública, pues el fomento de la aviación se considera de interés general. Desde entonces, en la Escuela de Vuelo de Ocaña se han formado miles de pilotos, brindándose también la oportunidad a muchas personas de iniciarse en el vuelo o de participar en la actividad aeronáutica; de acercar, en definitiva, la aviación a la gente.
La cultura aeronáutica revierte grandes beneficios a la sociedad y es considerada de interés público por muchas razones; como tal, debería ser protegida por la Administración del Estado. Además, esta decisión resulta chocante viniendo de un gobierno supuestamente tan crítico con la privatización. No menos impactante es su diagnóstico de deficitario, teniendo en cuenta que las instalaciones y condiciones presentes son de primera categoría, todo apunta más bien a que deficitaria ha sido su gestión.
Al menos, tras el cese de la actividad pública, SENASA, la sociedad estatal que gestiona el Aeródromo, continuó alquilando las instalaciones a algunas organizaciones. Entre ellas destaca Las Sillas Voladoras, asociación dedicada a fomentar el vuelo para personas con discapacidad, y que cuenta con su propia escuela de vuelo con planeadores adaptados. Gracias a Las Sillas Voladoras varios pilotos con discapacidad han obtenido su licencia de vuelo, y también centenares de personas con diferentes tipos de discapacidad han tenido la oportunidad de disfrutar del vuelo deportivo.
Sin embargo, tras un primer proceso de subasta fallido y lleno de irregularidades, el Ministerio de Transportes, en medio de una segunda intentona una selección de la mejor oferta a sobre cerrado de los que habían pasado la criba, ha decidido rescindir todos los alquileres que tenía suscritos con Las Sillas Voladoras, junto con el resto de los usuarios del aeródromo.
El cierre inesperado del aeródromo ha interrumpido la labor social e inclusiva, en el único aeródromo adaptado a esta modalidad en la región, un referente en toda España, que no en vano tiene como Presidenta a Elisabeth Heilmeyer, la primera persona con discapacidad en obtener una licencia de piloto en nuestro país, usuaria de silla de ruedas tras un accidente, todo un ejemplo como persona, un referente como mujer, que lucha porque otras personas con discapacidad accedan al sueño de volar.
Curiosamente, el día 13 de noviembre, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) tiene programada una visita al Aeródromo para evaluar a un alumno de Las Sillas Voladoras. La Asociación aprovechará este día para realizar una concentración de protesta en el citado aeródromo, para reivindicar la reapertura de la instalación al deporte aéreo inclusivo.
Algunos medios ya se han hecho eco de la misma
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