La iniciativa permitirá a un grupo de personas con discapacidad subir a dos ultraligeros acompañados por instructores cualificados de vuelo
Romper barreras y normalizar la vida de las personas con discapacidad es el objetivo que se han marcado el CRE de San Andrés del Rabanedo, el Aeródromo Militar de León, la Fundación Cielos de León y la Fundación Sillas Voladoras.El Centro de Referencia Estatal (CRE) para la Atención de Personas con Grave Discapacidad y para la Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia ha acogido esta mañana la presentación de una doble jornada, ‘Vuelo Adaptado’, que tendrá mañana, jueves, su parte práctica al permitir que 21 usuarios del centro puedan experimentar la sensación de volar, subiéndose a dos ultraligeros acompañados por instructores cualificados de vuelo.
La iniciativa es fruto del trabajo de coordinación entre las cuatro entidades citadas que, durante los últimos seis meses, han diseñado una actividad que, desde la premisa de la seguridad, permita a un grupo de personas con discapacidad vivir una experiencia única. “Están muy emocionados por esta jornada”, comenta María Teresa Gutiérrez, directora-gerente del CRE de San Andrés, antes de explicar que los 21 usuarios han sido seleccionados en función de determinadas condiciones físicas y cognitivas. “No se había hecho nunca en León esta experiencia”, recalca Juan Ángel Treceño, coronel de la Base Militar de León y presente también hoy en la sesión de presentación junto con la subdelegada del Gobierno en León, María Teresa Mata.
Por su parte, Vicente Cordier, presidente de la Fundación Cielos de León, explicó a los asistentes su experiencia y los objetivos de la fundación que preside. Cielos de León es una fundación sin ánimo de lucro dedicada a al promoción de la aviación deportiva e histórica. Para Cordier, la actividad organizada en el CRE de San Andrés supone reivindicar el derecho de las personas con discapacidad a poder volar, además de subrayar “el efecto terapéutico que puede producir dar alas a quien tiene dificultades para moverse en otros entornos”.
En la actualidad, la Fundación Cielos de León trabaja en colaboración con la Universidad de León y durante este mismo año confían en que se vean los primeros frutos de una cooperación que permitirá transmitir conocimientos en materia de aeronáutica a los más pequeños para impulsar futuras vocaciones.
Elisabeth Heilmeyer, presidenta de ‘Las Sillas Voladoras’, también participó a primera hora de hoy en la sesión inaugural de la jornada ‘Vuelo Adaptado’. Heilmeyer comentó su experiencia personal y desgranó la actividad y los objetivos que promueven desde esta asociación que preside desde octubre de 2005.
De origen alemán pero afincada en España hace más de 40 años, Elisabeth Heilmeyer sufrió un accidente de vuelo hace trece años en Castilla-La Mancha que la obliga desde entonces a moverse en silla de ruedas. “Tenía claro que quería seguir volando y empecé un largo periplo para poder disponer de licencia de piloto a pesar de mi discapacidad física”. Un propósito que logró hace seis años. Ahora es una de las cuatro personas con discapacidad que posee licencia de piloto en España. No duda en lamentar las dificultades administrativas que tuvo para ello, antes de subrayar que su deseo ha sido y es abrir el camino a otras personas con discapacidad para obtener este tipo de permisos. Afirma que “la sensación de volar para una persona con discapacidad es indescriptible, cuando esa misma persona a veces no es capaz ni de subir la rampa de una calle”. “Es una actividad cien por cien terapéutica”, concluye.
Mañana, jueves, esa sensación la podrán experimentar 21 usuarios del CRE de San Andrés del Rabanedo, una experiencia única en Castilla y León para romper barreras y normalizar la vida de las personas con discapacidad.
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