Mi historia
Volar ha sido siempre un
sueño para la humanidad, para mí, un reto muy bonito y
personal que poco a poco se ha ido convirtiendo
en una realidad. Desde chico me ha
fascinado ver aviones de un lado a otro, volando
entre las nubes y preguntándome
cómo eso era posible. Esas inquietudes y la
curiosidad humana de saber que se siente
al pilotar me hizo emprender el camino hacia la
aviación.
Lo dejé todo atrás y me
mudé a Londres a trabajar y ahorrar durante 2 años, después me saqué mi primera licencia de piloto privado
en Florida. Fue toda una experiencia emocional y a la vez una satisfacción enorme al
ser consciente del trabajo que hay detrás para llegar allí, esfuerzo, trabajo y
constancia son los frutos del éxito en la vida.
Cumplí una parte del sueño, ¡ya era piloto! Pero esto acababa de empezar. Tuve muchos
desengaños en los certificados médicos. Tengo la vista operada y padezco el “síndrome de Poland”, una malformación
congénita en la mano izquierda que a ojos de algunos examinadores es
incompatible con volar aunque nunca ha sido así.
Estuve en varios países pero no tenía suerte, el tiempo pasaba y no veía
que pudiera conseguir algún certificado sin limitaciones en Europa,
siendo ya piloto con horas. La desesperación era máxima, no sabía qué hacer
y a dónde llamar pero por suerte, ya en
España, encontré a Las Sillas Voladoras, fue un suspiro de esperanza que
hacía tiempo que no tenía. Les debo todo el agradecimiento del mundo
especialmente a Carlos quien ha estado a mi lado guiándome y asesorándome
en el proceso en todo momento.
Las Sillas Voladoras es
una asociación que lucha en primera línea con las instituciones para que
todos tengamos las mismas oportunidades por muchas discapacidades que tengamos.
Todos compartimos un sueño, volar y te ayudan a hacerlo posible.
Nunca voy a estar lo suficientemente agradecido
de la gran labor que realizan y de la ayuda que he recibido por su parte, finalmente
lo he conseguido, primero el certificado clase 2 para poder convalidar mi licencia de
piloto privado a EASA y posteriormente el clase 1, el más estricto. Lo conseguí después de
dos pruebas de vuelo realizadas en Madrid. Llevaba 3 años esperando este momento.
Gracias a esto ya puedo seguir mi carrera de piloto comercial.
Con esto he aprendido
algo, que nunca nos debemos rendir ante las adversidades y que si se quiere, todo es posible en esta vida.
Esfuerzo, trabajo y constancia.
Gracias por todo
compañeros, ¡nos vemos en el aire!
Joan
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