29 ene 2007

CARLOS DEL ALBERT

 CARLOS DE ALBERT

Segundo piloto con discapacidad que consigue la licencia para vuelo a Vela (SPL).

Mi historia


    Os dejo la crónica que hice en mi primera competición, el Regional Castilla la Mancha 2012. Aquí se ve lo bonito, bueno, maravilloso... me quedo sin calificativos, que es volar.

Mi primera competición como piloto al mando:
Mi experiencia volando en el Regional ha sido lo mejor que me ha pasado y no sólo por aprender a saber como uno tiene que moverse en el aire para llegar a ser 4º en la general y hasta 2º el día 17 y último dí­a de la competición, sino porque lo que Pedro Berlinches te transmite volando es mucho más que eso. He aprendido a fijarme en todo lo que me rodea y cómo pensar anticipándome a todo lo que sucede a mi alrededor sin ni mencionar a cómo pilotar mucho mejor de lo que lo hacia.

Cada día por la mañana todos los participantes teníamos que estar bien atentos
al briefing que nuestro magnífico director de carrera Iñaqui Ulibarri nos iba

describiendo paso por paso, explicándonos los detalles de la tarea para ese día

con sus respectivas normas y restricciones. Importantísimos eran para nosotros

los detalles en cuanto a la meteorología de cada día y las previsiones que se

esperaban para cada una de las horas de la tarde y las zonas diferentes del

recorrido. Temperatura según alturas, humedades relativas etc, etc, marcaban las

características del recorrido según por donde quisiéramos pasar.

Toda una gran cantidad de datos que son junto a todo lo que he aprendido a

valorar fuera del avión mientras avanzas volando, mezclándolo con una gran

precisión en el pilotaje, la posibilidad de obtener un posible buen resultado o

aterrizar en un campo de trigo.

Carlos de Albert y Pedro Berlinches

 Al terminar el briefing de rigor diario y anotar gran cantidad de detalles para no
perder pista alguna durante la tarea diría, desayunábamos, preparábamos las

coordenadas en el logger para que nos indicara los puntos por los que pasar y los

registrara cuando se alcanzaban durante la tarea.

Colocar avión en pista, revisarlo, y acomodarse mientras controlas no dejarte notas,
logger, agua, gorro, mapas y a ser posible un GPS de ayuda auxiliar que nunca va mal.
Luego, remolcando y todo empieza cuando la puerta de salida se abre y decidimos

cruzarla en el momento adecuado siempre que las ascendencias nos permitan

encararla de la mejor forma, altura y máxima velocidad posible.

Una vez en carrera, todo empieza y en cada instante tienes que estar anticipando

todo lo que va a suceder según lo que hagas. Os puedo garantizar que volar cansa,
pero agota tu mente ya que no puedes dejar de darle vueltas a todo mientras das vueltas virando una térmica.
Tras afrontar ascendencias de muchos tipos, basar tu estrategia en la toma

de decisiones en base a observar y escuchar todo lo que va sucediendo a tu

alrededor, finalmente y si todo ha ido bien llegas a campo de origen o bien a algún

campo de trigo previamente elegido y con altura suficiente para preparar una

buena toma “fuera de campo”.

Al fin en Ocaña sea desde la pista de aterrizaje o bien desde el coche y remolque

que te haya venido a rescatar en un campo de trigo en el que hayas ido a parar.

Pues sea desde donde sea, siempre terminas en el bar del club, compartiendo las

vivencias y diferentes experiencias con todos los demás.

El buen humor y la buena compañía por parte de todos hacen que esto de

volar convierta a lo de ir en una silla de ruedas como algo anecdótico y sin más

importancia.

Los resultados fueron los siguientes:

El primer día una buena y larga carrera obteniendo la cuarta posición empezando a
las 12:57 completando la tarea en un tiempo de 3:51 con una media de velocidad de 53,5 Km/h para finalmente recorrer 206 Km.
El segundo día se convirtió en un día interminable pasando momentos difíciles y

que hasta nos hacían dudar si podríamos seguir adelante, pero finalmente llegamos
en una meritoria octava posición si tenemos en cuenta todo lo que llegamos a luchar sobre el aeródromo de la Mancha aprovechando una leve ascendencia ya en cabecera de pista cuando casi nos decidimos a tomar tierra, pero con destreza llegamos a subir para poder seguir nuestro camino. La tarea se inicio a las 13:30 completándola en un prácticamente increíble exacto mismo tiempo al primer día de 3:53 con una media de velocidad de 48,9 Km/h y finalmente recorrer 189,7 Km.
El tercer día se convirtió en un día no menos difícil pero si más hilvanado y

consecuente con nuestras decisiones pasando también momentos difíciles pero

finalmente llegamos en sexta posición empezando a las 13:12 completando

la tarea en un tiempo de 3:18 con una media de velocidad de 68,9 Km/h para

finalmente recorrer 228,3 Km.

El cuarto y último día fue casi una obra de arte y exceptuando alguna pequeña

decisión con posible mejora, llegamos en segunda posición. Cruzamos línea de

salida a las 12:55 completando la tarea en un tiempo de 2:37 con una media de

velocidad de 76,8 Km/h para finalmente recorrer 201,9 Km.

En cuatro días recorrimos 825,9 km con una media de velocidad de 62 km/h

empleando un tiempo total de 13:39.

Toda una experiencia que no sólo me ha ayudado a ser un mucho mejor piloto,

si no, una mucho mejor persona con capacidad de analizar todo lo que sucede a

mi alrededor en cualquier situación y sobre todo, saber reaccionar en centésimas

tomando decisiones que no tienen vuelta atrás. Volando, en estos instantes,

cuando tienes que tomar según que decisiones en momentos críticos, no hay

muchas alternativas y siempre debes escoger una de las pocas que se te pueden

ocurrir. Esa debe ser la acertada ya que si te equivocas, la siguiente decisión

seguramente no tendrá tantas alternativas reduciéndose a solo una o quizás

ninguna, aumentando los riesgos innecesariamente. Las decisiones han de

tomarse en su tiempo justo y sin dudar, llevarlas a cabo de la mejor forma posible

ya que las segundas oportunidades siempre traerán muchas más complicaciones o
simplemente, esa segunda oportunidad, ya no exista.....

Cuanto más sabes dicen, más arriesgas. Pero si sabes arriesgar más, también
debes saber cuando no tienes que arriesgar. Jamás hay que perder el respeto a lo

que representa volar pilotando un planeador sin motor y esos valores son los que

se aprenden con pilotos como Pedro.

 
Todo lo comentado ha sido gracias a las Sillas Voladoras que luchan por la

igualdad volando y no sería posible sin la cantidad de gente que hay detrás

empujando y ayudando sin ninguna intención más que la de que dejemos de lado

nuestra silla de ruedas, muletas u otros utensilios que nos ayudan a desplazarnos

por tierra y nos dediquemos a sacar lo mejor de nosotros mismos luchando en el

cielo en igualdad de condiciones a los demás.

  







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