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4 mar 2022

Cadetes del Campamento Aeronáutico “La Loma” (CALL)

Las Sillas Voladoras junto al Aeroclub Ocaña colaboran organizando el Campamento de Cadetes Aeronáutico “La Loma” (CALL) en colaboración con el Club deportivo ANR.

El vuelo en planeador pervive en el aeródromo de Ocaña, a pesar de las dificultades, gracias a irreductibles apasionados que han abierto la nueva escuela de planeadores del Club Deportivo Las Sillas Voladoras después de que SENASA clausurara su escuela meses atrás.


  Nuestro nuevo socio (Juan Quijano) tiene el privilegio de ser el primer alumno de esta nueva promoción de la escuela, bajo la instrucción de Carlos Ayllón, volando en el ASK-21 con matrícula EC-BUO. Un planeador de escuela con una historia casi tan interesante como la Asociación “Las Sillas Voladoras”, bajo la presidencia de Elisabeth Heilmeyer, que pretende defender y potenciar la integración de las personas con discapacidad en las actividades aeronáuticas.

 


 Sin embargo, en nuestro club la edad media de los miembros indica que es tiempo de promocionar la llegada de sangre joven a este apasionante deporte; y así nuestro socio y primer alumno Juan Quijano promovió esta maravillosa actividad contactando a un viejo amigo, Alberto Diaz de la Quintana, para realizar una jornada de divulgación a los cadetes del Campamento Aeronáutico “La Loma” (CALL).

 


 Rápidamente se pusieron manos a la obra tanto el Aeroclub, el CALL y Las Sillas Voladoras para organizar un fin de semana de vuelo a vela, añadiendo la experiencia de simulación de vuelo en Realidad Virtual, para los que no estuvieran volando.

 


 En el primer día del fin de semana, la meteo no acompañó, y pudieron volar unos pocos afortunados antes de detener las operaciones. Así la afluencia a los simuladores fue continua, al igual que las conversaciones alrededor de la chimenea, y una comida de hermandad entrañable.



 

 El segundo día, radiante y perfecto para volar, trajo consigo superar las 15 operaciones en una intensa mañana que desembocó en la comida de despedida y la ceremonia de entrega de diplomas a los Cadetes participantes del CALL.

 


 En resumen, una experiencia motivadora e ilusionante. Tanto como las caras de los nóveles (y no tan nóveles) cuando se bajaban de la cabina del planeador en su primer vuelo sin motor (seguro que soñarán mucho tiempo esperando ser alumnos para llegar a ser pilotos algún día).

 


 

¡Que repitamos pronto!

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