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1 ago 2015

XLVII Campeonato de España de Vuelo a Vela 2015



Del 24 de junio al 4 de julio tuvo lugar en las instalaciones de Senasa en Ocaña, el 47 campeonato de España de Vuelo a Vela con presencia exitosa de las Sillas Voladoras gracias a nuestro socio Miguel Yael.

Desde Las Sillas Voladoras volvemos a poder gritar de orgullo por el gran resultado de nuestro compañero, amigo y socio, Miguel Yael.
Un año más ha demostrado ser de los más grandes y a pesar de su limitada experiencia aunque cada año en aumento, este año ha demostrado una vez más destacar en astucia y saber estar aprovechando su perseverancia vs. el avión que le presta Ekkehard Schierle y que tan bien le va (St.Libelle).
Si está claro que en esta vida todo es cuestión de buena fe, buena voluntad, y ser generosos con los demás así como entre ellos, demuestran que con estas sinergias y con el nombre de las Sillas Voladoras gracias a que Miguel ya que se empeña en llevar nuestro nombre año tras año, vamos consiguiendo títulos que a todos nos refuerzan como un ejemplo del “querer, es poder”.
Miguel Yael, nos narra y explica excelentemente su carrera y puntos de vista al respecto de todos los días:

El 47 Campeonato de España de Vuelo a Vela 2015, celebrado en la localidad toledana de Ocaña, fue recibido con unas muy buenas condiciones. Temperaturas muy altas, buena térmica, altos techos y fructíferos cúmulos fueron la tónica de los dos primeros días. Esta buena meteo permitió tareas a punto prefijado con distancias desde 300 a 500km, en las diferentes clases, que se desarrollaron en su gran parte en los Montes de Toledo, aprovechando la convergencia típica que allí se forma.
En la Clase Club, José Antonio Blanco, en su Ka-6 Cr, no dejo de aprovechar estos dos primeros días para realizar dos impresionantes vuelos que le llevaron a ganar ambas pruebas con 1000 puntos llenando generosamente su cuenta personal. Por debajo, Miguel Madinabeitia, amigo del Real Aero Club de Toledo y compañero de la ETSIA, y Gorka Elduayen, piloto novel en el vuelo sin motor, no así en el parapente, y que con gran éxito se inicia en la competición, se turnaban en el segundo y tercer puesto del pódium. En lo que a mi respecta, no acababa de conseguir buenos resultados, bien por mi falta de forma, o bien por los grandes vuelos que mis compañeros estaban realizando.







En la tercera jornada comenzó el viento sur, condición que complicaba las cosas en gran manera a José Antonio. Su avión, el Ka-6, es un velero diseñado por Alexander Schleicher en 1955 y producido hasta 1970 en sus diferentes versiones. En madera y tela, fue un diseño revolucionario en la época, consiguiendo muchos éxitos. Con una muy baja carga alar, típica de los veleros de antaño, se ve en clara desventaja volando contra el viento al competir contra veleros de fibra. Una desventaja que ni siquiera su bajo hándicap puede contrarrestar. Y así, en la tercera prueba se alza con la victoria Gorka. Yo consigo un segundo puesto, seguido por Ignacio Monzón. José Antonio y Miguel se ven relevados al cuarto y quinto puesto respectivamente, permitiéndome recortar puntos en la general.

El cuarto día, parecido al anterior, continúa el viento y las altas temperaturas, que nos acompañarían hasta el final del campeonato. La organización decide poner una prueba de sectores para facilitar la prueba. Pese a las desfavorable meteo, Jose Antonio vuelve a demostrar sus habilidades con otra victoria con 1000 puntos, salvándose con una altura mínima de 150 m sobre el terreno. En la clasificación general, Jose Antonio, se encuentra con un claro margen frente al segundo. Miguel, Gorka y yo, nos encontramos con un margen menor de 20 puntos entre segundo y cuarto. Las cosas están muy apretadas en la lucha por el pódium. Está siendo un año muy competitivo y todo puede pasar. Una toma fuera implica bajarse del pódium. Hay que saber ser constante, volar rápido pero seguro, y esperar el momento, la competición son siete días y aún quedan tres.

Con la llegada de la quinta jornada, parece que hay que ir poniéndose las pilas. Así lo hace Miguel, que se antepone con 1000 puntos frente a los 999 de José Antonio. La general no cambia apreciablemente y el sexto día es suspendido por viento sur. Solo queda una última jornada donde se decidirá todo.

El último día del campeonato, como parece que viene siendo habitual, la meteo no nos lo pone fácil. El viento sur continua fuerte y la inversión tarda en romper. Los días comienzan tarde poniendo a los participantes en complicaciones al inicio de la prueba. Es el día de victoria o barbecho, voy cuarto, y no tengo nada que perder, la distancia con el segundo y tercero es pequeña. José Antonio, tiene un cierto margen y salvo que se viera obligado a tomar fuera su colchón es lo suficientemente grande como para no tener problemas. La organización, con buen criterio, asigna una tarea por sectores en los Montes de Toledo.
Comienza la prueba. Al principio, no tengo problemas para ascender, el techo alcanza los 1500 m sobre el terreno. Con alguna dificultad e intentando perder el menor tiempo posible, consigo dar la salida bastante bien posicionado con la altura máxima que había alcanzado. Dar la salida con la máxima energía permitida es fundamental, pero también lo es no retrasarse demasiado ya que ese tiempo perdido al comienzo puede ser valiosísimo al final del día cuando las condiciones empiecen a deteriorarse. La primera pata de la tarea hacia el sur viento en cara, es complicada y lenta. Bajo unas nubes sobre el Embalse de Finisterre me encuentro a José Antonio. Está por encima en la térmica, sale antes y se dirige al sur-oeste para cruzar el Valle del Milagro. Yo me mantengo rumbo sur para llegar más directo a la segunda cadena montañosa. El día no estaba fácil, obsesionado con no perder tiempo en térmicas flojas que me arrastran sobre mis pasos, llego a los montes con escasos 600 metros sobre el valle. En esos momentos, José Antonio debía estar tomando en algún campo no muy lejos al oeste de allí. Yo, desconocedor de la noticia, continuo con mi vuelo, prácticamente haciendo ladera, con un campo aterrizable siempre seleccionado, hasta que ya muy bajito, 250 agl, engancho una térmica muy buena que me lleva por encima de los 1500 m agl. A partir de ahí, térmica buena tras térmica buena por los montes seguido de un planeo final rapidísimo viento en cola me llevan a ganar la prueba.

Finalmente, Jose Antonio, al que aprovecho para felicitar de nuevo, se alza con una merecidísima victoria. En segundo puesto, un servidor. En tercer puesto Miguel seguido de Gorka. Mis felicitaciones también para ambos que han hecho un gran campeonato, así como para el resto de participantes. Hemos conseguido hacer un campeonato muy competitivo, con un nivel, yo creo, que muy alto. Espero que así continúe en próximas ediciones.

Aprovecho para dar las gracias a la organización, en concreto a Alfonso Pedrero y Pawel Kwiatkowski, que con su generoso trabajo han permitido que disfrutemos de una muy buena semana. Así mismo a SENASA por la organización, los medios empleados, tanto humanos como materiales y  por el Premio SENASA que he recibido por mi juventud en la forma de dos remolques. Gran detalle para fomentar el vuelo sin motor entre los más jóvenes. Así mismo a Ekkehard Schierle, dueño del avión que de manera totalmente generosa vuelo. No puedo olvidar a mi novia Anna y a mi familia por quererme y apoyarme siempre.